En el transcurso de su vida, una persona produce en promedio 37.5 toneladas de basura, requiere 5,110,000 litros de agua para bañarse y utiliza 1,050,000 kilowatts de energía eléctrica.
Todo lo anterior es una gran fuente contaminación, que al multiplicarlo por el número de personas que habitamos el mundo, nos da como resultado una crisis ambiental nunca antes vista.
El calentamiento global es el responsable de alterar el equilibrio natural y de provocar la desaparición de numerosas especies de plantas y animales, además de poner la existencia humana en peligro.
Así mismo, el calentamiento global también expone a nuestras ciudades a desastres naturales que pueden destruirlas por completo.
Los paneles solares empiezan a jugar un papel protagónico en beneficio del medio ambiente:
“... las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del ciclo biológico relativas a la energía fotovoltaica se sitúan actualmente entre 25 y 32 g/kWh. Comparativamente, una central eléctrica de ciclo combinado alimentada por gas emite unos 400 g/kWh, mientras que una central de combustión de carbón con captura y almacenamiento de carbono, se sitúa en torno a 200 g/kW”.
Son muchas y variadas las iniciativas que buscan frenar la gran problemática del calentamiento global y aunque en ocasiones nos es imposible contribuir directamente y ser participantes activos de programas y organizaciones, siempre podemos contribuir con el uso de energías limpias en nuestro hogar, aprovechando la potencia de la energía solar.